sábado, 25 de octubre de 2014

La noche es oscura y alberga... escajos. Coó-Mozagro-Coó

Lo que pretendía ser la primera sesión de "iniciación al trail para neurólogos" se convirtió por motivos de agenda (y de colitis no confesada de alguno de los candidatos) en una nueva edición del duo Sánchez-Rodríguez. La semana había sido larga y estresante, ¿la mejor manera de olvidar las tensiones laborales? una carrerita nocturna por el monte. Además, tenía ya ganas de estrenar mi frontal para algo más que cazar gamusinos con las crías en el camping.

Elegimos una rutilla cercana a la civilización, de aproximadamente 2 horas y con un poco de todo: Coó-Mozagro-Coó. La tarde noche animaba a correr: 20 graditos a las 19:30 con un nubarrón que amenazaba pero que al final solo dejo caer alguna gotilla. El Pascual que llega tarde, menos mal que hoy no hay prisa. Cogemos el coche y en cinco minutos llegamos a Coó. ¡Despegamos! Como tenía alguna duda de por donde se cogía la pista, preguntamos a dos señoras que miran perplejas a dos pirados que van corriendo a oscuras por el pueblo (¡aun falta una semana para Halloween!).

La subida inicialmente se hace por la pista que une Coó con Herrera de Ibio. Se ve reluciente a la luz del atardecer y subimos perfectamente sin frontal. Llegando al desvío hacia el Mozagro, ya casi noche cerrada, unos ladridos cercanos nos hacen encender los frontales para ver si los perros se nos echan encima. Falsa alarma, parece que están atados o no tienen ganas de fiesta. Llegamos al kilómetro 5 y aquí nos desviamos a la izquierda por un corto tramo de pista que lleva a un caserio, donde ya comenzamos la subida al Mozagro propiamente dicha.

La subida es larga, interminable y de noche más, pero la hacemos charlando entrecortadamente y comenzando a disfrutar de las estrellas y las luces de los pueblos de alrededor que se ven desde la creciente altura. Una vez en el pico del Acebo, nos encaminamos por el cordal hasta el vecino Mozagro (km 8,850).

Tras parar unos segundos a disfrutar de las vistas y beber un poco, buscamos el camino que viene del Toral con la idea de bajar y coger la senda que, desde la base del Mozagro, va por  la cara sur hasta llegar al refugio de la base del Acebo. Aquí me doy cuenta de que la ruta del GPS bajaba por el Acebo: habrá que improvisar. La noche me confunde y el GPS marca el camino a unos metros, pero no vemos más que escajos, y escajos.... En fin, parece que toca tratamiento exfoliante... Pascual bajando unos cuantos santos por detrás mio y "tó pa´lante". Son 50 metros, o menos, pero los suficientes para escajarnos hasta las trancas...

Retirando pinchos
"Selfie" trailero
Toca limpieza de escajos, quitarse los pinchos gordos y continuar, ahora ya bajando, por un sendero irregular y muy divertido que bordea la ladera sur del Mozagro y el Acebo. La última vez que lo hice estaba lleno de barro pero hoy toca en seco, cosas del viento sur. Concentrados en nuestras zancadas, esquivando el ganado que descansa en el camino y nos mira con sus ojos reflectantes, casi rozando el "mindfulness" ese que dice Pascual (yo soy más básico, mis genes pasiegos no me dejan llegar a esos estados de la mente) llegamos al Castañal de Coó (km 12). 

Nos internamos en el bosque y seguimos el PR, un sendero muy divertido, en constante descenso. El bosque impresiona de noche: oscuridad profunda solo rota por nuestros frontales, todo silencio a nuestro paso. De vez en cuando algún ruido sospechoso nos hace parar y escuchar, escudriñando la profundidad: los habitantes del bosque huyen de nosotros. En veinte intensos minutos, disfrutados al máximo,  atravesamos el castañal, saliendo ya al pueblo de Coó. De vuelta en la civilización.

En total 15,5 km, con 800m de desnivel positivos y 1600m  acumulados.

La ruta en Garmin Connect









2 comentarios:

  1. Si no te conociera, pensaría que te lo has inventado... A ver cuando volvemos de ruta, con nocturnidad y alevosía...
    Saludos.

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